domingo, 8 de agosto de 2010

Cuentos.


Siempre quisé ser Blancanieves. Las dos compartiamos además de una tez blanca, una incasable adoración por las manzanas. Pero no cualquier tipo de manzanas, entre un millón ambas cogeriamos la misma, la prohibida. La de mejor aspecto, la más venenosa.

Yo no necesitaba (ni necesito) enanitos que canten, bailen y de vez en cuando me traigan piedras preciosas, tampoco quiero un zapato de cristal (la torpeza instalada en mi genética provocaría que ese hermoso zapato acabara echo añicos por el suelo), ni una cola de sirena (que en más de una ocasión he deseado pero que no me combina con la cara). La gran diferencia entre Blancanieves y yo es que, ella comía la manzana prohibida y un magnifico principe la salvaba de la mortifera fruta. En mi caso, manzana y principe forman un mismo pack, para que negarlo, siempre me gustaron los 2x1

3 comentarios:

  1. Vamos,que tu vas a carrefour y lo dejas vacio con el dos por uno no? jajaja
    me has impresionado! ha sido magnifico!has tratado tantos temas en tan poco espacio y ha quedado genial ! incluso a las pricesas disney!:)
    enserio,que bonito,una entrada Sublime por lo menos ! (LL)
    se feliz,te lo mereces :D

    ResponderEliminar
  2. no me hagas la pelota solera! magnifico, sublime! pero tu que te crees que es esto? jajajajaj
    todos nos merecemos ser felices :D

    ResponderEliminar
  3. jajaja! un postre! xD
    Bueno,si...pero unos más que otros :)

    ResponderEliminar