sábado, 27 de octubre de 2012

Que guapo estás al despertar, tan despeinado y sin arreglar.

Era de noche. Una tímida luz artificial entraba por los bordes de tu ventana, iluminando minimamente tu cara. Dormías. Abrazado a mi mientras yo adquiría el papel de guardián de tus sueños de amor. Como dice la canción. Recuerdo haber pasado horas mirándote hipnotizada por el movimiento de pecho al respirar. Y un suspiro se me escapó de las entrañas. Volando mis mariposas por aquella habitación que nos había visto renacer y nos había salvado en más de una ocasión. Las imágenes de aquella tarde con olor a mar se me acumulaban en la retina; mis ganas de comerme el mundo empezando por tus labios, tu afán de cogerme de la cintura, agarrándome como si me fuera a escapar en cualquier momento. Sosteniendo con tu mirada ese equilibrio que desde hace tanto tiempo nos pertenece. Otras manos me han acariciado pero solo tú has dibujado poesía en mi piel. Solo tú has hecho que se me vaya el alma en susurrar un "te amo" que quedará grabado por siempre en aquel sueño de una noche de verano.